PHINCA HAPA BLANCO

Hapa era mi perro blanco mestizo, rescatado de un refugio en Hawái. En hawaiano, «hapa» significa «mestizo». Aunque estaba previsto que me acompañara en mi viaje a España, falleció justo antes de mi partida, dejando un vacío en mi corazón.

En 2015, mientras exploraba los viñedos del pueblo de Elvillar, me topé con una parcela a gran altitud que inmediatamente me recordó a Hapa. Su suave pendiente estaba plantada con una mezcla de uvas mitad tintas y mitad blancas, arraigadas en suelos blancos calcáreos. La combinación única de elementos del viñedo me recordó la herencia mestiza de Hapa, al tiempo que resonaba con mi profundo aprecio por la tradición, aparentemente perdida, de elaborar vino blanco de calidad en La Rioja. Supe que ese viñedo tenía que ser mío.

Retiré los ahorros de toda mi vida e invertí en esta parcela, decidida a rescatarla de décadas de agricultura química intensiva. Cultivado de forma biodinámica y cuidado por caballos de labranza, el viñedo refleja mi profundo respeto por la tierra y los animales que me inspiran. Al cuidar este pedazo de naturaleza, busqué crear algo hermoso y duradero, tal y como Hapa me había cuidado a mí.

En honor al mejor amigo del hombre (y de la mujer), mi leal y cariñoso Hapa, este viñedo y sus vinos celebran la conexión entre el cuidado, la compañía y la creatividad. Un recordatorio de lo profundamente que el amor y el respeto por todos los seres vivos pueden alimentar nuestras almas.